Seis lecturas para la vuelta al cole

¿Estás preparad@ para cargar la mochila?

Llega ese momento del año en el que dejamos atrás los días soleados, las interminables horas de juego y quedarse en la cama hasta tarde, para adentrarnos nuevamente en la rutina, las novedades del curso y el reencuentro con los amigos. Todo es excitante la primera semana pero, a medida que pasan los días, la mochila nos pesa más y más. Hoy queremos traeros seis títulos que nos recordarán lo divertido que puede ser ir al cole, las aventuras que en él vamos a vivir y todo el aprendizaje que nos llevaremos a casa para compartir.
Si hay alguien que nos puede hablar de ese aprendizaje es Umi, que un día abandonó su aldea para aprender a valerse por sí mismo y regresó a casa para contar esa increíble aventura que es crecer y descubrir.
A medida que nos hacemos mayores, descubrimos que el cole no se limita al nuestro aula y que hay mucho más escondido entre sus paredes. Es entonces cuando descubrimos la biblioteca pero, ¿qué pasaría si secuestraran a la bibliotecaria? ¿Obtendrá el jefe de los bandidos el rescate del ayuntamiento por devolverla? El secuestro de la bibliotecaria es la divertida historia de unos bandidos, una joven de buen corazón y un terrible sarampión.
Pero el jefe de los bandidos no es el único que quiere encajar. Para muchos el nuevo curso, los nuevos compañeros y un aula nueva supone un reto. Para Billy llevar un vestido rosa le hará sentir diferente. ¿Lo tratarán sus compañeros también de otra manera?

El secuestro de la bibliotecaria

Margaret Mahy

Billy y el vestido rosa

Anne Fine

Si hay un experto en esto del cole es El pequeño Nicolás. Sólo él sabe convertir el recreo, los amigos y los problemas del cole en una aventura disparatada. La vuelta al cole del pequeño Nicolás nos recordará lo divertido que es el material nuevo, los compañeros y, lo más importante, mantener el moreno hasta que comiencen las clases.
Sin embargo, no para todos es tan fácil como para Nicolás y cuando Andrés cambia de colegio se confirman sus sospechas de que no le ven: ni sus compañeros, ni sus profes. ¿Será que los malos en matemáticas son invisibles?